Los principios de TOC y el Código Jedi
He estado pensando mucho en las semanas recientes acerca del poder de las ideas. Trabajando con un cliente, pasando por un proceso de análisis que les permitiera mirar la realidad sin sombras ni neblina, la conclusión inicial era directa:
O trabajan juntos, o separados se someten a lo mejor que puedan hacer con una alta probabilidad de desaparecer en el intento de sobrevivir.
La alternativa no parece muy alentadora, pero aun así siendo una empresa familiar está obligada a limar asperezas y resolver el conflicto medular profundo. En esos momentos es difícil transitar la comunicación; momentos en los que existe una mezcla de sentimientos de familia por una parte, y de lógica necesaria que parece ser muy fría por la otra. Es allí cuando los principios nos permiten salir adelante. Seguirlos siempre nos lleva a buen puerto.
Hoy les escribo acerca de cómo los principios que esbozó Eli, el Dr. Goldratt, nos han llevado a sacar adelante a queridos clientes, muchas veces a pesar de sí mismos. Y los comparo, no a la ligera, con El Código de Honor de los Jedi como guía ética para la vida que demuestra, en esta fantasía, la lógica que usamos las personas como elementos para alinear la lógica con las emociones.
Los principios de TOC detallados por el Dr. Eli Goldratt de forma magistral en su último libro, La Decisión, nos sirven de filtro y de guía para evaluar las situaciones y pensar con claridad acerca de la realidad y poder tomar las mejores decisiones. Estos principios tienen una potencia doble. En primer lugar, es lo que trabajamos todos los días en nuestras iniciativas y proyectos de TOC, al tratar con prospectos y personas interesadas a quienes debemos enseñar y explicar de qué se trata todo. En segundo lugar, con clientes a quienes debemos persuadir de no solo hacer operativas las soluciones y aplicaciones, sino también asimilar los principios y nuevos criterios, hábitos y mentalidad con la que vamos a mirar la realidad. Cómo vamos a partir de ahora a tratarnos y tratar a las personas que tenemos en la organización. Estos principios tomados en serio llevan a formalizar las oportunidades de desarrollo de las personas dentro de la compañía, donde es permitido y esperado que cada uno cuestione las decisiones y las acciones que tomamos para alinear nuestra oferta de valor al mercado con los procesos que definimos internamente para hacerlo funcionar. Teniendo al Throughput como el indicador global que nos dirá si estamos mejorando o no.
¿Por qué insistir en estos principios?
Porque cada día que pasa, nos encontramos con más y más personas que se sienten agobiadas en los trabajos. No los disfrutan y están en ellos porque es un trabajo. La gente está perdiendo el brillo en los ojos. Vemos que las gerencias recurren cada día más al autoritarismo, y que las personas sienten miedo de expresarse o de criticar. Los gerentes no quieren correr riesgos y cualquier cambio propuesto al status quo atenta contra una estabilidad que solo se mantiene porque le pedimos a los demás que no hagan olas. Es así de incierto como las personas perciben a su mundo hoy en el trabajo.
Para poder salir de ese marasmo en que vemos a muchas de las organizaciones latinoamericanas es necesario tener el valor de cuestionar y estar dispuesto a cambiar hasta las más veneradas políticas y costumbres de “como se hacen las cosas acá”.
Los principios y el desarrollo de las ideas y procesos propuestos por el Dr. Goldratt para pensar con claridad, constituyen un secreto bien guardado. Porque es el secreto de los atletas. Donde la práctica es lo que nos lleva cada día a ser mejores. Es la mejora que proviene de la mentalidad del crecimiento. No es una fórmula inmediata. Hay que invertir tiempo y esfuerzo. Hay que rescindir las conexiones neuronales que sostienen nuestros paradigmas y reflejos actuales, pero al hacerlo vamos componiendo las nuevas sinapsis que nos dan la plasticidad necesaria y nos hacen crecer, abordar el mundo con nuevas herramientas y estrategias.
Los principios son los que debemos sacar como la cartilla o el menú que consultamos apenas estamos en una situación que no es inmediata de resolver. Y las herramientas de pensamiento que tenemos en TOC nos permiten poner en práctica los cuatro principios desde el principio.
El resultado es que los paradigmas y reglas de operación de la empresa y la organización empiezan a cambiar y con los resultados se solidifica la confianza en que la dirección propuesta es correcta, y que el proceso de mejora solo está dando inicio.
Para muestra un botón dice el dicho. En este momento no solo es recomendarles la lectura del libro La Decisión, sino también que puedan examinar de boca de los mismos clientes, su experiencia y logros cuando deciden tomar y expandir el nuevo modo de operación. Les invitamos a escuchar y ver a los gerentes de Starret, uno de nuestros clientes en Brasil, contar y expresar como emprendieron el cambio en su organización y los resultados que lograron.