Por más que queremos aparentar ser lógicos y razonables, los humanos somos muy básicos. Nuestros instintos y emociones determinan mucho de lo que hacemos. La cosa es que casi siempre encontramos una manera (supuéstamente lógica) de justificar nuestro actuar. Mucho se ha escrito y dicho sobre el tema, así que no voy a profundizar demasiado en el asunto. Pero si quiero dejar bien clara una cosa: Las personas siempre hacemos lo que creemos que nos conviene.
Si seguimos esta línea de razonamiento, podemos explicar muchos comportamientos que de otra manera no tienen lógica. Por ejemplo, encontrar justificación para contaminar el mundo, o seguir desayunando tacos a pesar de los kilos de sobrepeso. Voy a repetirlo para anclarlo en tu mente: Siempre hacemos lo que creemos que nos conviene.
Si comprendemos este principio básico, podemos entender por qué muchos esfuerzos de implementar estrategias, cambiar empresas y arreglar ciudades fallan miserablemente. Los incentivos de los involucrados no estaban alineados.
Houshin-Kanri nació para arreglar esto. La principal función de realizar una planeación Houshin es asegurar que tanto los incentivos de la organización y los objetivos de las personas que la van a ejecutar están alineados.
El principio de Houshin-Kanri es bastante sencillo. Consiste en asegurarse de que a todos le convenga hacer su chamba (trabajo) para lograr un objetivo de la organización. Si a todos les conviene, es más sencillo lograr que todos hagan su tarea para llegar a la meta.
Hace poco fui a votar en la consulta pública sobre la construcción de una ciclovía en la avenida Marcelino García Barragán. Además de que fue importante ser parte de esta decisión por el bienestar a largo plazo de la ciudad y sus habitantes, fue un importantísimo ejercicio de civismo, que nos acerca a las condiciones que hacen exitosos a los países. Además, fue una de esas situaciones donde un grupo de personas se hace responsable de un problema y hace lo necesario para arreglarlo. Mis respetos a los colectivos ciclistas, un excelente ejemplo de organización y lucha por sus objetivos. Es un ejemplo perfecto de un objetivo claro en el que los incentivos de los actores estaban alineados. Los beneficios para los ciclistas son evidentes: Mayor seguridad, métodos de transporte alternos, espacios dedicados para el transporte. Y además, las acciones para lograrlo son claras: Simplemente votar en la consulta.
Contrastando esto con otros problemas de la ciudad, me pregunto: ¿Por qué es tan malo nuestro transporte público?
No es necesario profundizar mucho para encontrar una respuesta: porque a los que tienen poder de arreglarlo, no les conviene (o les es indiferente) hacerlo.
¿Cómo se transporta el político Mexicano promedio?
Si, en Suburban (Dependiendo del rango, trae convoy con guardaespaldas o no).
La cosa es que el mayor de los habitantes se mueve de la siguiente manera:
Es una respuesta sencilla a un problema que lleva años aquejando a la ciudad. El transporte público es malo, porque no es problema de las personas que tienen poder de arreglarlo. Ellos no han empatizado con los usuarios, no han sido mojados por los camiones que circulan a exceso de velocidad después de una tarde lluviosa. No se han caído en los frenones intempestivos que dan los choferes…
Al acceder a altos niveles de mando, los políticos pierden contacto con la realidad que viven millones de ciudadanos todos los días. Por eso propongo que de ahora en adelante tengan todos los incentivos para arreglar los problemas que aquejan a la sociedad. Entre ellos se me ocurren los siguientes:
Y tu, ¿Qué opinas querido lector?
¿De qué otra manera podríamos hacer que a los políticos les convenga arreglar el país?
En una pequeña comunidad agrícola en Michoacán, México, un niño llamado José Hernández soñaba con…
Sábado por la mañana, Robert acaba de acompañar a su mujer a su clase de…